Cuando me dijo "quédate Desnuda" lo primero que hice fue sonreir y seguir andando, "una broma más" pensé, pero resultó que sentí cómo se paraba en seco tras de mi
— Te lo estoy diciendo en serio — me dijo con voz firme, seria, tanto como para pararme y girarme — quiero verte desnuda
Su semblante era aún más serio que sus palabras, su expresión decidida, con una mirada fija y penetrante muy lejana de lo que hasta ahora conocía. Me quedé un poco bloqueada, mi sonrisa pasó a ser duda y mi duda a escalofrío. Escondí mis labios entre los dientes, es un gesto que me sale cuando me pongo nerviosa... como si quisiera hablar y la tensión no me dejase.
— Es el sitio perfecto — continuo diciendo
¿Perfecto? ¿en medio de la montaña? ¿y si pasa alguien?. No se cuantas preguntas conseguí hacerme en fracciones de segundo, pero si se que no podía pensar las respuestas. Miré hacia todas partes menos a su mirada, quizá no sabía cómo contestar. No había nadie cerca y la verdad es que no era un día de esos en los que miles de excursionistas eligiesen ese lugar; pero " ¡demonios! ", era un lugar turístico al fin y al cabo y aunque habíamos pasado ya las primeras pozas donde la mayoría de la gente se para a darse un baño, aquello no dejaba de ser un lugar que podía ser transitado. La gente aparece sin más, sin que apenas un ruido avise de su presencia.
— ¿tu sabes lo que dices? — acerté a contestar
— Se cómo eres y se lo que quieres. NECESITAS esto tanto como yo
El énfasis de ese "NECESITAS" me llegó al alma, fue como tirar al suelo esa careta que todos llevamos en mayor o menor medida y por otro lado pensar en precisamente eso, en esconder mi cara tras un anonimato que me permitiese hacer esa locura. Pero tenía razón, un escalofrío me recorrió entera excitando a su paso toda mi piel. Solté el aire de mis pulmones lentamente...
— Buffffff..... — un suspiro entre tensión y excitación fue lo único que pude soltar mientras pensaba a toda velocidad en mi vida, en la cantidad de tiempo que había pasado buscando algo sin saber qué; buscando ese aliciente que tienes en tus sueños porque sabes que jamás lo harás en la realidad y ahora...
Sin decidir aún qué hacer descolgué la mochila de mis hombros. Ese gesto provocó su sonrisa, sabía que esa frase me había llegado...
— ¿una locura?
— una puerta...
Joder!!!... ¿una puerta? ¿estaba proponiéndome un cambio de vida?
— eso me obliga a preguntar una puerta ¿a qué?
Me senté en la primera piedra que ví, creo que mis piernas empezarían a temblar si me mantenía de pie, pero tampoco lo estaba pensando. Su respuesta fue acercarse a mi y situarse entre mis piernas, apoyó una mano en una de mis rodillas y con la otra, firme y decidida rozó la zona interior de mis muslos, justo donde acababa el pantalón corto que llevaba puesto
— ¿estas excitada?
Fue cómo si me tocasen por primera vez en mi vida, la piel se me erizó, el pecho se contrajo tanto que no sólo se marcaba el pezón, se marcaba cada pliegue, cada botón de mis aureolas y me empapé en una fracción de segundo. Fue tal impulso que sentí la necesidad de ver si habría empapado la tela del pantalón. Miré mi cuerpo de forma impulsiva, algo avergonzada incluso, pero por otro lado encantada de esa sensación que TANTO deseaba.
Disimulé mi miedo como si estuviese mirando su mano, acariciando con mis uñas su mano....
— MUCHO... — no pretendía contestar, simplemente lo hice levantando la mirada hacia sus ojos.
Aquello cambiaría mi vida... aquello provocaría que mi universo se ampliase fuera de las fronteras en las que yo me encontraba tan tranquila y a la vez tan "aburrida" de todo...
— No pienses más... DESNÚDATE
Miré de nuevo a mi alrededor, estábamos entre arboles, el suelo era blando y me estaban extendiendo una manta de cuadros ante mis pies, encima de la hierba. La temperatura era agradable, una ligera brisa imperceptible hace unos minutos ahora podía sentirla, creo que mi capacidad para SENTIR todo se había potenciado por arte de magia.
Cerré los ojos y de forma casi instintiva mis manos bajaron a mi cintura atrapando entre mis dedos la tela de la sudadera que llevaba y subiéndola rápida, sin pensar... comenzando a desnudarme. Mis labios volvían a esconderse entre mis dientes pensando en que dentro de unos segundos me los besarían mientras abría los ojos buscando esa mirada que sabía me iba a enloquecer, me iba a excitar. Tiré la sudadera a la manta y antes de ponerme de pié sobre ella descalcé mis pies de aquellas zapatillas que no se donde dejé. ¿El pantalón corto o la camiseta? recuerdo que pensé...
— Lentamente... no hay prisa... quiero verte, no quiero correr. Esto es más intenso de lo que puedes asumir si corres y quiero que saborees este momento y lo recuerdes SIEMPRE
No contesté, pero ¿qué se creía? ¿qué lo iba a olvidar?... estaba haciendo algo con tanto deseo que sería parte de mi vida para siempre, ese comienzo que tanto deseaba y que tantas veces me había negado por plegarme a esa sociedad que me había olvidado entre la masa. Ahora asomaba mi cabeza y mi cuerpo desnudo y daba la bienvenida a mi nueva y excitadísima YO.
Entre pensamientos le hice caso a su petición; ralenticé la forma de desnudarme, un "mini" private-show, no había otra música que el viento o los pájaros, no había una silla sobre la que bailar, pero si su mirada clavada en mi vientre mientras subía la camiseta, o mis manos apretando mi cuerpo donde quería que luego otras manos se posasen...
La camiseta desapareció y luego el apretado pantalón, dejando expuesta unas no demasiado bonitas braguitas y un cómodo sujetador.
La brisa enfriaba la humedad de la tela que separaba mi sexo de la intemperie y me hacía sentir todo lo que estaba deseando todo aquello.
Un paso más y me quedaría desnuda en medio de la nada... dispuesta a todo y buffff.... ni siquiera sabía qué estaba pasando dentro de mi. Cuerpo mente y alma se revolucionaban dentro de mi y yo caía en esta nueva yo como el plomo cae al suelo... para quedarse allí
Miré de nuevo a sus ojos, sonreí por lo que iba a pasar y sin dejar de mirar al negro de sus ojos me desprendí del sujetador.
Mi pecho estaba duro, muy muy duro, contraido por la excitación y esa brisa, pero mi cuerpo ardía orgulloso de lo que mostraba, de en lo que aquello me estaba convirtiendo...
Su sonrisa me animaba a seguir, a completar el cambio y no lo dudé, sin doblar las piernas bajé mis empapadas braguitas y se las lancé con alegría, rabia, nervio, desafío... un cocktail de sensaciones recorría mi cuerpo y la energía se desbordaba más allá de mi cuerpo... ardía de deseo de sentir sus manos completar a esa mirada que me recorría.
Indefensión, desconocimiento, atrevimiento... buffff... no sabría decir todo lo que me pasaba. Desde los pensamientos más profundos que me hacían flotar hasta los más concretos que me llevaban a desear saber si le gustaría la forma del vello de mi pubis y por encima de todo esa sensación de ser por fin LIBRE!!
Sentí sus pasos hacia mi como la recompensa a todo este cambio, sentí latir mi corazón y sincronizarme con el suyo cuando su mano simplemente rozó mi piel desnuda...
Todo empezaba.... pero ¿qué va a pasar ahora?
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