El juego empezó ayer, y aún no estoy seguro de si fui dirigido a caer irremediablemente en este mundo o de verdad las cosas fueron sucediendo de forma natural e instintiva como me quiere vender mi mujer; lo que sí puedo asegurar es cómo empezó y cómo he llegado a pronunciar la frase: "Te cambio a mi mujer por la tuya"
Estábamos sentados en el sofá de casa, somos una pareja que en general nos cuidamos y yo diría que con una buena salud sexual, atrevidos, me atrevo a asegurar, y más ahora.
Pero centrémonos en la historia.
Acababa de hacer deporte y como era lógico, al terminar, me di una ducha. Mi casa es pequeña y se puede decir que no se puede tener intimidad, cuando sales del baño, te ven desde cualquier punto de la casa, es como un loft o un piso de solteros. La diferencia estaba en que ayer me sacaron sus palabras cuando me llamó para que fuera a su lado, al sofá.
Yo bromeando o sin bromear, tantee si lo que buscaba era verme con la toalla anudada en la cintura, pero no saqué más que un comentario jocoso, sencillamente buscaba ver una serie conmigo y empezaba en ese momento.
No es extraño para mi quedarme con la toalla enrollada o incluso completamente desnudo así que esperando los primeros anuncios para vestirme me quede a su lado.
El capítulo se puso interesante, no lo voy a negar. Una tórrida escena con un punto violento me calentó sin posibilidad de esconderlo.
— Veo que te está gustando la escena — dijo mientras metía la mano bajo la toalla deshaciendo el nudo
— Y veo que tu estás dispuesta a que me guste aún más — repliqué al ver su mano agarrarme con fuerza
— Me encanta ver cómo se empalma un hombre
— Y más aún provocar tu misma que ocurra
— Supongo que sí — contestó sin mucha convicción — pero también me gusta ver la excitación sin más.
— Siempre te ha gustado jugar con mi polla, aunque no buscases follar
— Eso también, pero me refiero a la excitación en si
— No te entiendo — repliqué olvidándome de la serie
— Pues por ejemplo, el otro día en la casa rural, cuando María se puso a bailar con Antonio
— Aquello no era bailar, aquello fue restregarle el culo
— No me digas que no te puso a mil también
— Claro que me puso a mil, por algo acabamos follando esa noche
— Pues a eso me refiero, a que me puedo excitar viendo una escena o imaginando cómo se empalma otro hombre y me pone mucho la idea de saber que va a follar, es como si me follase a mí.
— Es como ver la escena que acabamos de ver en la tele, te pones en el papel del protagonista
— Sí y no, creo que hay algo más
— Yo creo que es la idea de follar de esa forma, saber que puedes ser tú
— Pero hay un componente más morboso, a mí me pone que hagan cosas diferentes a las que hacemos o imaginar que te tocan de otra forma. Tener sexo con tu pareja es lo mejor porque estás conectado, pero pensar en una escena diferente te saca de la zona de confort y da morbo
— Será más bien que tú y yo sabemos que eso podemos llegar a probarlo si nos gusta
— No, los tíos lo tenéis más fácil aún. Me refiero a disfrutar de otro cuerpo, como cuando vemos una porno. Tú estás mirando a otra mujer mientras puedes follar conmigo, pero en ese momento tus ojos se clavan en la otra, es como si follaras a la protagonista e incluso te gusta que haga lo mismo que hace en las escenas para darle más realismo
— Ya veo por donde vas, pero si no fuera porque te estás excitando, diría que sonaba a celos
— ¿cómo sabes que me estoy excitando?
— Porque tienes mi polla en tus manos y te aceleras... y no dejes de hacerlo, ¡¡me encanta!!
— Pon tu mano en mi coño.... vas a confirmar si me estoy excitando....
— Ummmmm veo que eres una perra en celo — contesto mientras empapo mi mano en su coño
— No soy tan distinta a ti... también me gusta fantasear con otro tipo de sexo, con otras manos, aunque sea con la seguridad de las tuyas.
— No sé hasta que punto son otras manos o hasta que punto es que cambiamos al protagonista por nosotros.
— ¡¡Venga ya!!. Eso no te lo crees ni tú — Aseguró soltando mi sexo de sus manos
— Lo digo en serio — dije muy convencido
— Me estás diciendo que no te correrías pensando en María y en el baile del otro día
— Me corrí después con tu baile sobre la cama
— Y yo contigo, pero estoy seguro de que te gustaría más correrte viendo a María follar que viendo una peli
— ¿Te imaginas que me hubieras sacado la polla delante de ellos como lo haces ahora?
— Uffff... habría sido la leche!!
— Además, me encantaría presumir de tu polla delante de ella, hacer que desee clavarse en ti...
— No sabía eso de ti... una especie de necesidad exhibicionista
— Estoy cansada de que presuma de los músculos de Antonio y no poder decir, quédate con sus músculos, mira que polla tengo.
— Tampoco sabemos cómo la tiene Antonio
— Por lo que dice María, su fuerte es que se mueve muy bien, y eso lo dice todo
— JAJAJA... sois unas cabronas, estoy seguro ahora mismo que tú si que has presumido ya de mi
— Por supuesto, pero no me creen si no te ven, estoy segura de ello y María se regocija en que nos ve a todas babear por Antonio
— ¿Babeas por Antonio?
— A ver, tiene un cuerpazo
— Y María, ¡¡no te jode!!, pero no voy babeando por ella
— Por que no te has puesto. ¿Apostamos a que si te enseño una foto suya en una combinación de lo más sexy te pones a mil?
— ¿Tienes una foto suya en lencería?
— Me envió una foto de lo que se había comprado para celebrar su aniversario y deja poco a la imaginación
Me quedé en silencio sin saber qué decir
— Veo que te he dejado sin palabras — se apresuró a decir — y tu polla me dice que quiere que me mueva
— No juegues conmigo de esa forma...
— ¿y porqué no?
— Es tu amiga, no creo que ese juego nos lleve a buen puerto, imagina lo que pensarás cuando la vuelva a ver
— Creo que con eso ya llegas tarde, es evidente que te gusta
— No como para poner en peligro lo nuestro, simplemente está muy buena, como Antonio
— Yo si quiero ver qué pasa — dijo soltando mi polla de nuevo para empezar a buscar la foto en su teléfono
— Sigo diciendo que esto es peligroso
— Calla, mira lo buena que está.
Me dejó su teléfono mientras sus manos volvieron a buscar mi polla.
Empezó a masturbarme incluso antes de que pudiera decir "guau"
— Creo que deberías comprarte este conjunto
— Y yo creo que deberías fijarte más en sus pezones, tan pequeños, tan duros, en esas tetas perfectas, tan suaves y formadas
Hablaba sin mirar al móvil, solo se centraba en tocarme, en besar mi polla, en subir y bajar su mano por mi polla
Yo seguía sus indicaciones mientras notaba el placer de que me tocase
— Además a María le encanta meterse la polla de Antonio en la boca — dijo justo antes de comenzar a hacer lo mismo con la mía.
Mi excitación crecía mientras su boca se atragantaba con mi polla. Mi vista clavada en aquella pantalla, las curvas de María nunca habían pasado desapercibidas para ningún hombre, tetas perfectas, cintura de avispa, piernas y culo de infarto, piel morena y ahora sabía que completamente depilada porque las transparencias de aquel conjunto hacían que estuviera más apetecible aún que si fuera desnuda
— Tendrás que depilarte los huevos para follar con ella si quieres que te chupe los huevos así — dijo empezando a lamerme — y te aseguro que le encanta lamer los huevos
Mi cuerpo estaba a punto de explotar cuando dió un paso más en el juego.
— Fóllame Antonio — dijo — fóllame mientras miras como mi marido se está follando a tu mujer. Agarrame del pelo y tira fuerte como un CABRÖN, que sé que la puta de tu mujer no te deja y a mi me gusta que me azoten
La agarré del pelo y tiré bien fuerte, clavé mi polla en lo más profundo de su empapado coño y le di un azote bien fuerte, más de lo que acostumbro porque Antonio se supone más fuerte que yo
El gemido pudo oírse a varios kilómetros cuando le dije
— ¿Eres la puta de Antonio?
Se corrió en un segundo, mientras en cada respiración entrecortada decía "SI, SI, Joder, soy tu puta"
La leche salía de su coño sin control, me había corrido no se muy bien si pensando en María, en ella o en cambiar las parejas
Nos quedamos callados un par de minutos recobrando la respiración y meditando hasta donde habíamos llegado.
— No se si esto será sano, pero joder — me atreví a decir al final
— ¿Sabes que mañana vamos a su casa verdad?
—¡NO JODAS!
— Solo pensar en contarles lo que acaba de pasarnos me hace desear que vuelvas a follarme...
Ahora mismo acabo de cruzar el umbral de su casa y según ha abierto la puerta Antonio le he dicho
— Te cambio a mi mujer por la tuya
Ha pensado que veníamos discutiendo, pero según he pasado al pasillo le he dicho:
— Además lo tienes fácil Antonio, le he dicho que venga sin bragas, aunque sinceramente no se si me habrá hecho caso....
Es muy natural, puede ser realidad, pero creo que es la invención de un hombre.
Tal vez le falte más sensualidad femenina.
De todas formas a mi me pone a mil, fantasear con un cambio de pareja me excita un montón.