DOS TREINTA de la mañana
Siento calor en mi cuerpo. Se que seguramente es uno de esos sofocos que me produce la medicación que estoy tomando… un hombre con sofocos de mujer pienso…
Pero abro los ojos y está ella, a mi lado
Su cuerpo desnudo mostrándome su culo perfecto, las curvas de la cadera y cómo sube y bajan esas curvas hacia las piernas y hacia la cintura…
Miro la postura, miro la piel, aún morena y con esas preciosas marcas del bañador marcadas por un verano que poco a poco nos abandona y que hace que ya nos acompañen las sábanas, ahora medio enredadas entre sus piernas.
Me decían que con esta medicación no sentiría deseos sexuales, pero se equivocaban. No contaban con que una mujer tan bonita durmiera a mi lado, no contaban con una tersura de piel así ni con el penetrante olor que yo sabía que sus piernas escondían…
La sola idea de que podía entrar en aquel cuerpo era suficiente como para que mi cuerpo desafiase a una estadística de un prospecto médico. Mi sexo comenzaba a crecer deseando el suyo, deseando escuchar sus gemidos, su respiración, su aprobación y su deseo.
Moví las sábanas para ver su espalda completa… el trazado curvilíneo de su columna, sus hombros, su pelo sobre la almohada.
No era posible en este mundo disfrutar más que con aquella vista y con los sentimientos que despertaban…
TRES de la mañana
Sigo mirando, me parece imposible que los minutos hayan pasado de esta forma tan tonta, simplemente mirando, simplemente haciéndome sentir vivo.
Mi sexo apunta a su cuerpo deseando follarlo… y ni puedo ni quiero evitarlo.
Me acerco a su cuerpo adaptandome a sus formas, mi pecho en su espalda, mi nariz en su nuca oliendo cómo su cuerpo me seduce como si de un súcubo se tratase, irresistible olor, sencillo, pero infalible olor a mujer enamorada.
Pienso cómo he sido capaz de conquistar a una mujer 13 años más joven que yo, pero igual que viene el pensamiento se va en cuanto mis manos la abrazan y rozo su pecho…
Su pezón reacciona al instante endureciendo el pecho entero.
Aprieto su pecho en mi mano. Duro y blando a la vez, terso y fresco y escuchó cómo su respiración cambia… una respiración profunda, sin una palabra…. no es necesaria. Basta un suspiro, basta una bocanada de aire que penetra a sus pulmones a través de unos labios que se van abriendo al despertar de mis deseos.
El culo que llevo media hora contemplando se pega a mi y las piernas se mueven buscando rozar la humedad que empieza a emanar de su cuerpo con mi sexo, erecto y deseoso de que lo haga…
No tarda nada en encontrar el camino por el que mi polla se ancle entre los labios de sus piernas. Se queda quieta esperando que sea mi cuerpo el que se contraiga y penetre hasta lo más profundo de su ser… de una sola y simple embestida que solo se puede dar gracias a esa humedad que me regala
Se escucha un gemido, corto, aún con la consciencia algo dormida, como si fuera un sueño tenerme detrás de ella, poseyendo su cuerpo
Mis movimientos son lentos… muevo el culo hacia atrás y mi sexo poco a poco abandona su cuerpo, pero justo antes de salir, cambia su trayectoria para volver a llenarla. Mi mano vuelve a apretar su pecho como si fuera ese el resorte que hiciera cambiar el sentido de mis suaves embestidas…
Siento cómo mi Alma fluye a traves de mi sexo y se introduce en el suyo. ¿No es acaso su cuerpo un lugar más cálido en el que habitar?. Y cuando parece que ya he llegado al fondo de su cuerpo, contraigo mi cuerpo más y mi cadera se aplasta contra su culo provocando un nuevo gemido al sentir cómo mi polla podía llegar aún más y más profundo cada vez. Un Alma perversa como la mía no se queda en la superficie, tiene que alimentarse de las entrañas de aquella mujer…
Deslizo mi mano desde su pecho hacia su boca para meter mis dedos en ella, sin miedo a que sus dientes pudieran morderme. Busco su lengua con mis dedos mientras mi cuerpo nuevamente se retira lentamente de su sexo; pero esta vez entra de golpe de nuevo como si la lengua fuera un resorte más salvaje que sus pezones. Gime de nuevo
Escuchar esos gemidos hace que mi cuerpo los traduzca en 5 embestidas rápidas y profundas, casi salvajes cambiando la posición de costado a dominarla por completo colocándome sobre ella. Ese cambio de postura hace que pueda deleitarme de nuevo con su cuerpo…
La cabeza de lado y el resto boca abajo… yo sentado sobre su culo viendo cómo mi polla se clava en ella y escuchando cómo los fluidos suenan con cada movimiento que hago en ella… me gusta ese sonido…
Sus manos a los lados de la cabeza hacen que las mías agarren sus muñecas y me tumbe ligeramente con ella para susurrarle que es mía… toda mía…
“Toda entera para ti” contesta y como si fuera un premio a la respuesta acertada, agarro sus caderas levantándome y arrastrando conmigo su culo y obligándola a levantar sus cadera.
De rodillas ante una preciosa mujer que se pone a cuatro patas agarro su pelo y embisto más fuerte que antes, más seguido, más instintivo… no se cuantas embestidas hago, las que me apetecen antes de volver a frenar y seguir lentamente.
Su pelo alocado, sus gemidos a cada embestida, mi cuerpo dominante, mi sexo empapado de su miel, el sonido perverso del choque de mi cadera contra aquel culo perfecto, el olor a sexo que inunda la habitación.
Tiro fuerte de su pelo para atrás obligándole a levantar su cuerpo y ponerse arrodillada y con la cabeza recostada sobre mis hombros.
Mis manos rodean su cuerpo y aplastan sus tetas con auténtico vicio…la postura ha provocado que mi polla salga de su cuerpo pero me da igual, me gusta tanto el cuerpo que ahora mismo me pertenece que no hay mayor placer que ser consciente de lo que poseo…
Muerdo su hombro porque no hay mejor forma de decirle que me la comería que comerla literalmente. No busco hacerle daño, pero dejo mis dientes marcados en su piel y busco otro punto donde volver a morder, quizá en sus brazos, quizá en medio de su espalda, quizá en todos lados… y vuelvo a empujarla para volver a entrar en su cuerpo y volver a follarla… sin piedad… sin miedo… sin restricción…
La follo una y otra y otra vez hasta que ambos caemos agotados, pero no saciados… porque al caer sobre la cama, no duda en girarse, mirar la polla que acaba de salir de lo más profundo y sin dudarlo, lamerla, agarrarla fuerte con su mano derecha y meterla en su boca, donde mi sabor y su sabor se mezclarán con su saliva.
“¿Cómo puede una polla ser tan bonita?” dice mientras la recorre con la vista, con la lengua y con sus besos… “¿Cómo puede una mujer ser todo lo que un hombre desea?” contesto….
Acelera su forma de tocarme y de chuparme entero tanto que mi deseo no puede evitar desear volver a entrar en ella… y eso hago. La tumbo de nuevo sobre la cama pero esta vez boca arriba, quiero ver sus ojos en los míos mientras entro en ella.
Abre sus piernas para mostrarme su bonito y depilado coño, sus labios deseosos y enrojecidos por lo que ha pasado y está pasando. Entro en ella y me dejo caer para besarla a la vez…
Como si de una flexión se tratase, me levanto para volver a empujar mi polla hasta sus entrañas mientras le digo que me agarre con sus piernas… obedece y yo la premio volviendo a empujar mi cuerpo a lo más profundo del suyo…
Mi sexo recorre por dentro y por fuera todo su placer hasta sentir que sus contracciones se hacen más fuertes, hasta sentir que sus manos me aprietan tanto como pueden, sabiendo que sería capaz de arañarme la piel para marcar también su territorio, pero disfrutando a la vez de que aprisione sus manos con las mías…
No paro hasta correrme dentro de ella… se que una de las ventajas de esa medicación es que no puedo dejarla embarazada, aunque pienso que se supone que tampoco podría correrme o simplemente follar… y lo he hecho…
No pienso más y me derrumbo sobre ella acurrucándome detrás de ella… volviendo al punto de partida, volviendo a dormirla, volviendo a dormirme pero con la sensación de que su coño sigue apretando a mi polla… mi cuerpo agotado se duerme…la miro por última vez antes de volver a cerrar los ojos…
CUATRO de la mañana…
Cierro los ojos sin saber si estoy soñando… pero a quién le importa si lo que sientes es que estás vivo, que desafías a las leyes, a los medicamentos…Puto cancer piensas… no tiene derecho a quitarte algo tan increíble… y sonríes sabiendo que no te ha vencido, que hoy has follado y al despertar… si no era un sueño, volverás a follarla….
Maravilloso ,la vida es una constante lucha contra los Gigantes que nos impiden caminar .Luchar es nuestro destino.un saludo cordial
Gracias por tu comentario Gemma. Es cierto que la vida es una constante lucha, pero con las armas adecuadas, toda lucha se vence y el placer de rodearte de las personas adecuadas es una poderosa arma, a las 2:30 también…
El sexo compartido, consentido, complacido, es tremendamente sanador.
Y encontrar ese equilibrio, una bendición.
Es cierto miquelangelo
Perfecto.