El mundo BDSM está plagado de pequeñas irreverencias y muchas de ellas de caracter religioso; y no deja de ser curioso que precisamente un mundo lleno de Dominación y respeto, desafíe el respeto a lo que la vida tradicional y social nos enseño desde pequeños.

Pero volvamos al Domingo... porque pequeñas fantasías surgen en mi siempre que aparece esta frase: Domingo, el día del Señor

Cuando alguien me pide consejo sobre sumisión o quiere envolver a su pareja en este ambiente desde la sumisión, algo complejo muchas veces, siempre le indico que la mejor forma es empezar así... en el Domingo, porque todos tenemos asociada en nuestra mente la frase y convertir a tu pareja en un Dios en la tierra es un buen comienzo y qué mejor forma tengo de mostrarlo que con un pequeño relato... uno de esos juegos que depertarán tu mente y provocarán tu deseo:

Desperté con sus besos, su cuerpo se contoneaba sobre el mío entre roces y besos suaves. Encima de mi su cuerpo desnudo y deseoso intentaba despertar al mío... era Domingo y no se qué hora era, pero aún el sueño me vencía y sólo aquella placentera forma de despertar podía cambiar ese estado. Puse mi mano sobre su cuerpo... estaba aún mojado, algo frío... una ducha quizá, una de las que acaban con agua fría... de esas que me cuesta entender pero que hacen que salga con el pecho duro y los pezones duros...

— Mi Señor — dijo en cuanto sintió mi mano sobre su espalda — me he permitido el lujo de despertarle para mostrarle las ganas de su putita de complacerle en todo

— ¿Mi putita? — contesté algo descolocado, nunca había utilizado ese lenguaje en el sexo — ¿eres mi putita?

— ¿Acaso no soy suya? ¿acaso mi Señor no cree que puedo hacer lo que desee, cuando desee y como desee?

— Creo que eres capaz de hacer TODO lo que te propongas putita....

Solo llamarla putita, hizo que sintiera un escalofrío, entraba en un terreno desconocido que me gustaba y no sabía muy bien qué hacer, pero prometía diversión

— Es el día del Señor, mi Señor... y es un buen día para demostrarle a mi Señor que hoy haré lo que desee... que quiere que le chupe la polla hasta llenarme la boca de su leche... pues lo haré, que quiere que me vista sin bragas, pues lo haré, que quiere pasearme como a una perra por la casa, pues lo haré, que quiere follarme mil veces todo el día... pues estoy para servirle mi Señor

— chúpame la polla putita, ponla dura porque hoy voy a follarte tantas veces que no podrás parar de pedir que pare....

— Mi ´Señor... no sabe cuanto deseo que tome el CONTROL de mi vida poco a poco... no sabe lo que deseo complacerle en todo... hacerle FELIZ y sentir esa felicidad corriendo por mis venas....

— Va a ser un día interesante... este Domingo

— Preferiría que entendiese que lo que deseo no es un día... sino una vida interesante, Mi Señor...