Se despertó, empieza un día... uno que no sería normal, uno que por culpa de esos pequeños detalles sería recordado. Era su filosofía, era su ideal de vida, fijarse en los detalles y como si viviera dos veces el mismo instante, analizar su reacción antes de que saliera y luego provocar la sonrisa de los que estaban a su alrededor o simplemente mejorar el instante, pero eran esos momentos en los que su instinto salía los que más recuerdos le generaba... su vida siempre en constantes contradicciones... asi era, y así le gustaba ser.
A su lado, una mujer desnuda, los hombros salían de debajo de las sabanas blancas, su piel era morena, tostada por los primeros rayos de sol de la temporada, delgada sin exageraciones, pelo algo alborotado, curvas marcadas en las sabanas, sobre todo las caderas... cintura algo más estrecha que su precioso culo... marcado perfectamente por los pliegues de las sabanas.
Levantó un poco las sabanas con cuidado... su perversión: MIRAR... y con eso disfrutaba tanto que podría haberse convertido en un mirón de no ser porque le gustaba igualmente hablar, figurar, ser un poco el centro de atención... bueno, más que un poco.
El movimiento despertó a la mujer que sin apenas fuerzas sonreía al ver a su amante en su cama... algo poco habitual.
— ¡ Estás aquí ! — salía de su boca mientras su cuerpo se acomodaba encima de su curioso amante...
— Me gustó el ofrecimiento... y la consecución de la promesa....
La mano de la mujer recorría el cuerpo del intruso de su cama reconociendo su sexo y el efecto que producía en el mirarla
— Ummmmmm... me gusta sentir que te excitas tanto por la mañana....
— No es por despertarme... es por mirarte, además cuanto antes me levante... más deseos ¿no?
— No... tienes sólo uno cada hora... esas fueron las normas
— Pues eso, si el día comienza una hora antes...
— acabarás rendido una hora antes...
— JAJAJA... Lo dudo, a lo mejor mis deseos buscan agotarte a ti... ¿no crees?
— Veremos cómo los manejas... y cómo me manejas....
Su mano empezó a presionar fuerte el sexo que dominaba y su cuerpo se levantó como para colocar su pecho sobre su boca y no dejar que siguiera la conversación. Las manos, fuertes y grandes que antes subían con suavidad las sabanas, ahora apretaban el culo respingón de la que sólo quería empezar a dominar a aquel hombre...
Al ver que la actitud era de control, el sintió que iba a perder esa iniciativa de sus deseos... y ese había sido el pacto, una noche a cambio de un deseo cada hora del día siguiente
— un momento... este no es mi deseo...
— algo me dice que te está gustando — dijo sin parar de mover su mano de arriba a abajo de su sexo...
— Si... pero no es mi deseo
La voz firme y categórica, la hizo detenerse y provocó una mirada curiosa, de interés...
— ¿Y cual es su deseo?
— quiero empezar el día con una larga felación...
— que te coma la polla, quieres decir...
— Si... pero tomándote tu tiempo... quiero ver cómo me disfrutas y cómo rompo dentro de tu boca...
Su mano no había soltado aún el sexo de su peticionario amante... miró el miembro duro que tenía en las manos, luego levantó la mirada hasta sus ojos... y bajó a darle un gran lametón por todo el glande...
Mordiendose el labio al levantar de nuevo la mirada dijo:
— ¿así?.... AAMO....
— así... niña... así...
— y al acabar?... me estoy dando cuenta de que tenías ayer razón... estas normas no están muy definidas...
— Ya te lo dije, no es tan fácil inventar un juego, hay que probar y pensar mal... para poner los límites y las reglas...
— ¿y al acabar?
— el problema es que podría poner un deseo que generase más, o un deseo que durase una hora... y así tenerte todo el día a mi servicio...
— no abuses... que es un juego...
— ya has visto cúal es mi primer deseo... cumple y seguimos hablando....
Saber que lo tenía excitado le hacía sentir una diosa del sexo y comerle era para ella el mismo placer que para el... asi que no se resistió mucho más... una sonrisa.... un par de subidas y bajadas lentas por aquel falo... una caricia con su otra mano por los testículos... y nuevamente la humedad de su lengua mezclándose con las gotas de placer que poco a poco iban lubricando el sexo erecto de aquel hombre....
Su lengua recorría cada forma de aquel sexo, sus labios aplastaban su presa sin clavar los dientes y sus manos subían y bajaban al mismo ritmo que su tronco era literalmente engullido por aquellos labios sin pintar.... el sonido de la saliva y los gemidos se confundían, las pequeñas pausas para alargar el momento iban poco a poco desapareciendo... y la respiración se hacía más y más rápida... el sabor de las gotas que cada vez con mayor facilidad manaban de aquel miembro le hacían sentir que era una magnífica amante, deseosa de aquel miembro viril y haciendo disfrutar de aquellas caricias con más fuerza aún que la que tenía su propio deseo...
Un pequeño temblor del cuerpo indicaba que el final llegaba y lejos de parar, siguió moviendo el sexo de su amante que rompía entre gemidos dentro del cuerpo de la que devoraba su primer deseo, que se alimentaba de el... y provocaba que su deseo sexual aumentase.
El cuerpo poco a poco se relaja y ella seguía ya lentamente exprimiendo cada gota de placer y envolviendo el sexo cada vez más relajado con sus besos y su lengua...
— ¿deseo cumplido?
— Ufff... y  muy bien cumplido... bufff... qué pasada!....— seguía sintiendo aun entre respiraciones profundas
— y entonces?... ahora... ¿ya puedo ser yo?
— Hasta que no se cumpla una hora, no podré pedir otro deseo...
— y entonces perfeccionamos las reglas?
— Creo que estás demasiado excitada para pensar.... ¿me equivoco?
Sin darle tiempo a contestar, deslizó una mano entre las piernas de la que acababa de soltar su sexo y sintió su humedad, desbocada, empapada... y un dedo entró en su cuerpo...
— ¿esto?.... ahhhh... ¿esto noes?.... ahhh.... ¿no es un deseo?
— no... no es mi deseo... pero creo que te lo has ganado... — dijo mientras soltaba un pellizco en su sexo...
— DIOS!!!....
De tener un dedo dentro, paso a tener dos entre gemidos... y de un pellizco a un beso... y a sentir cómo aquellos dedos se retorcían dentro de ella buscando esos puntos sensibles que toda mujer desea sean aplastados y acariciados desde dentro... sus uñas se clavaban según se incrementaba la frecuencia y los gritos se podrían perfectamente escuchar desde el piso del vecino... su pecho saltaba con cada movimiento de aquellas manos y su sexo aumentaba su tamaño con el placer que cada movimiento generaba...
Sus piernas se abrían y cerraban rápidas e instintivas acompañando los movimientos y la cabeza se iba hacia atrás... dejando paso a un completo orgasmo que la dejó tumbada en la cama...
PITTRRRR.... PITTRRRRR... sonaba la alarma... las 9:00... empezaba otra hora...
Los ojos de ella se abrían como platos al ver la sonrisa de su amante sacando una cuerda de debajo de la cama...